Más de la mitad de la población se ve afectada por desequilibrios nutricionales.
El principio de un nuevo año puede ser el momento apropiado para obtener datos que promuevan nuevas reflexiones, sumándose a los numerosos propósitos que se convierten en objetivo para la mejora personal.
De forma progresiva, desde los últimos 20 años y con especial intensidad desde comienzos de este nuevo siglo, la sociedad está contemplando una auténtica expansión masiva de información sin precedentes sobre nutrición. Programas de TV, libros, revistas, redes sociales, congresos, charlas personalizadas de fabricantes de todo tipo de productos, que advierten y aconsejan. Todo el mundo conoce a alguien que ha incluido en su dieta tal o cual alimento, y es habitual apreciar la pasión con que la sociedad transmite los “mejores consejos” nutricionales de “última hora”.
Sin embargo, en un reciente análisis publicado en The Lancet (publicación sanitaria de referencia) con datos de 188 países, obtenido de personas de todas las edades del denominado primer mundo, todavía el 30% de la población sufre sobrepeso (2.100 millones de personas) y, a su vez, el 40% de las mismas se consideran obesas. Cada vez se ofertan más productos “saludables”, desnatados, bajos en sal, sin azúcar e integrales, incorporándose al mercado gran variedad de productos biológicos y, a la vez, como indica el epidemiólogo de la Universidad de Navarra, Miguel Angel González, <<los niños celebran sus cumpleaños en las hamburgueserías>>.
Seguramente no está habiendo todavía un verdadero cambio en los hábitos alimenticios como cabría de esperar, sino que este nuevo tipo de alimentos se están incorporando a los hábitos ya existentes, encontrándonos en una fase aún básica de clasificación de alimentos “buenos” y “malos”.
La información completa, indica adicionalmente que más de la mitad de la población total, con o sin sobrepeso, se ve afectada de la misma forma en su salud en una amplia variedad de afecciones procedentes de desequilibrios nutricionales, que desde los 40-50 años de edad, se manifiestan con el padecimiento de síndrome metabólico, lo que indica un elevado riesgo de padecer colesterol, hipertensión y diabetes.
Esta tendencia se puede evitar con un cambio de hábitos asociado a la incorporación de nuevos alimentos más saludables.
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