Son tiempos de detoxificación

Lo confirma la historia, desde 3.000 años a.C. cuando ya se utilizaban métodos terapéuticos de detoxificación en el valle de los ríos Tigris y Éufrates, mediante supositorios, cataplasmas, lavativas y otros, y los hechos actuales también confirman la mayor necesidad, en este tiempo, de establecer procesos de eliminación de toxemia del organismo.

Desde hace 50 años se han creado 4 millones de compuestos químicos de los cuales se comercializan habitualmente 100.000. Sólo el Mediterráneo recibe desechos tóxicos de 150.000 fábricas y el 75% de dichas aguas residuales no están depuradas. Entre los tóxicos que más entran en contacto con la población destacan los “organoclorados”, que son productos de limpieza, fungicidas, pinturas, gomas, etc., todos ellos responsables de debilitar el sistema inmune, dañar el sistema nervioso, el corazón, el sistema respiratorio, hígado y riñones, afectar al funcionamiento normal del metabolismo y finalmente favorecer numerosos tipos de cáncer.

El número de enfermos por causas ambientales aumenta. Sólo los síndromes de sensibilización central se estima estar afectando en diversos grados a entre un 15 y un 20% de la población en los países desarrollados, vinculados a sensibilidad química múltiple, fibromialgia, fatiga crónica, electrosensibilidad, parkinson, alzheimer, esclerosis múltiple, estrés postraumático, síndrome de la guerra del Golfo, síndrome de colon irritable, asma, autismo, hiperactividad, tinnitus, síndrome asociado a implantes de silicona, ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica), algunas esquizofrenias, epilepsia, etc.

Pero por poner del mismo modo un ejemplo respecto a la alimentación, un estudio realizado por la Asociación Francesa “Generaciones Futuras”, analizó un menú diario normal de un niño europeo calificado como “saludable”, basado en una dieta mediterránea y encontró 128 residuos químicos, 36 pesticidas diferentes y 47 sustancias sospechosas de ser cancerígenas, en alimentos como la leche, el pan, pescado y sorprendentemente en alimentos como frutas y verduras.

Los datos indican sin duda la conveniencia hoy de introducir en los hábitos procesos periódicos de detoxificación del organismo, que ya son conocidos y de probada eficacia, sencillos y completamente naturales, haciendo partícipes a los órganos que principalmente actúan de emuntorios (hígado, riñones, pulmones y piel), con el fin de facilitar la limpieza de mismo y mantener un estado de salud óptimo, intentando minimizar los riesgos a la exposición continua a los altos niveles de toxemia.

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