Nuestro organismo y el colágeno

Los complementos alimenticios con colágeno son unos de los más recomendados hoy en día para actuar sobre la salud de las articulaciones y reducir el envejecimiento, mejorando la piel, pero… ¿todos los colágenos son iguales? La calidad de la materia prima, su biodisponibilidad y la sinergia con otros nutrientes, son los aspectos a tener en cuenta para saber qué formulación puede ser la más conveniente.

Atendiendo a los tipos, el colágeno de tipo I se encuentra en el 90% en la piel, el cabello, uñas, órganos, huesos y ligamentos. El colágeno de tipo II en el cartílago. El colágeno de tipo III en la proteína de los huesos, el cartílago, la dentina, tendones y otros tejidos conectivos.

Respecto al origen, los péptidos de colágeno obtenido del pescado se consideran superiores a cualquier otro, mejorando los niveles de colágeno tipo I. Además presentan una mayor solubilidad que cualquier otro, con un método muy delicado de obtención de la proteína en condiciones que preservan sus cualidades. También existe el colágeno obtenido de pieles porcinas y bovinas, que requieren de un tratamiento químico muy agresivo y cuyas proteínas se degradan, pudiendo ser portadores de priones infecciosos que pueden provocar enfermedades graves. Su calidad es inferior a la obtenida del pescado. En el caso del colágeno obtenido del pollo, éste proporciona sólo colágeno tipo II.

En la alimentación hay poco colágeno

La ingesta de colágeno a partir de la alimentación se puede considerar deficiente y su biodisponibilidad muy baja, dado que el ser humano solo puede aprovechar menos del 1% de lo ingerido durante el proceso de digestión. Por ello, el ámbito científico se ha dedicado en los últimos años a desarrollar moléculas de colágeno específicas (por ejemplo hidrolizadas) para mejorar su biodisponibilidad. Estudios recientes destacan las ventajas del colágeno nativo tipo II no hidrolizado, dado que mantiene su estructura original, detiene la destrucción de la proteína estructural colágeno tipo II del cartílago, disminuyen la inflamación y el dolor. Se ha observado que este activo inhibe la inflamación y la formación de la enzima colagenasa, que es la responsable de la destrucción del colágeno específico de las articulaciones. De este modo, no sólo se detiene la erosión de cartílagos y huesos (que es lo que la diferencia del resto), sino que los puede ayudar a reparar y reconstruir.

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