Los AGPI y la salud de los niños

“Una carencia de AGPI ( ácidos grasos poliinsaturados) puede ser el origen de distintos trastornos en los niños” – Doctor Jaques Edouart Poncet – A.F.M.O. (Asociación de Francesa de Medicina Ortomolecular).

Los AGPI representan un papel importante en la biología celular y son aportados al organismo únicamente a través de los alimentos (aceites vírgenes de primera presión en frío, semillas de cereales, legumbres,…) o suplementos nutricionales (normalmente en perlas de aceite). Son necesarios durante toda la vida y especialmente vitales en la época de lactancia, con la leche materna, rica en estos nutrientes en forma de ácido alfalinoléico, EPA y DHA. Estas sustancias, a pesar de ser claves para la maduración de los sistemas nervioso e inmunitario están normalmente ausentes, o no son de tanta calidad, en leches masterizadas.

La carencia de AGPI durante el desarrollo de los niños está relacionada cada vez de forma más evidente con manifestaciones alérgicas (ezcemas, asma, intolerancias alimenticias, …) en los que se evidencia una respuesta inmunitaria deficiente y un disfuncionamiento enzimático. También se vincula al desarrollo inadecuado de la retina, predisposición a la obesidad, otros tipos de desequilibrios inmunitarios, hiperactividad y dificultad en el aprendizaje, déficit del comportamiento o trastornos emotivos.

Sobre la hiperactividad y déficit del comportamiento, numerosos estudios desde 1.989 establecen la coincidencia de este diagnóstico en niños que no tomaron leche materna
Sobre la hiperactividad y déficit del comportamiento, numerosos estudios desde 1.989 establecen la coincidencia de este diagnóstico en niños que no tomaron leche materna

Sobre la hiperactividad y déficit del comportamiento, numerosos estudios desde 1.989 establecen la coincidencia de este diagnóstico en niños que no tomaron leche materna. Parece deberse a un déficit de AGPI y el desarrollo de sensibilidad a algunos alimentos y aditivos alimentarios que obstaculizan el metabolismo de los omegas 3 y 6. El médico e investigador Feingold realizó estos estudios en varios países de distintos continentes, concluyendo que el 70% de los niños respondieron bien a un tratamiento suplementario de AGPI.

Unos buenos hábitos alimenticios y el asesoramiento adecuado pueden ayudar a mantener niveles adecuados de AGPI para mantener o compensar desequilibrios de la salud.

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