Habrá que eliminar las grasas animales y los azúcares
Vivimos expuestos a evidentes carencias nutricionales derivadas de nuestra alimentación actual que provocan de ciencias de micronutrientes durante el embarazo, pudiendo causar diversas complicaciones.
El objetivo debe ser evitar el sobrepeso y desequilibrios cada vez más frecuentes como la diabetes o el hipotiroidismo gestacional, que después del parto se podrían convertir en crónicos, asegurando una adecuada nutrición del bebé y de la madre.
La mujer aumenta su consumo energético aproximadamen- te en un 10% en el primer trimestre, un 15% en el segundo y hasta un 20% en el último.
Es aconsejable eliminar las grasas animales, los aceites, las harinas y los azúcares refinados, beber su ciente agua y potenciar los zumos de frutas naturales. Es adecuado comer alimentos integrales, cereales y legumbres preferiblemente biológicos; eliminar de la dieta el alcohol, el tabaco y el café; reducir el consumo de infusiones, té y chocolate; y no saltarse ninguna comida principal, siendo ideal hacer ingestas cada tres horas aproximadamente.
De esta forma, se debe introducir siempre, si es posible, un almuerzo y una merienda.
Necesidades de nutrientes
Para adecuar la alimentación y considerar la introducción en la dieta de complementos o suplementos nutricionales, conviene destacar las necesidades de nutrientes durante la gestación: primer trimestre, omegas 3 y 6; segundo trimestre, vitaminas del grupo B, C, E y zinc; y tercer trimestre, calcio, magnesio, potasio, vitaminas B1, B2, B3, B5, B6, omega 6 y probióticos. La dotación de probióticos con los que nazca el bebé será la misma de que disponga la madre en el momento del parto; por ello es importante resaltar la conveniencia de tomar probióti- cos para favorecer la regulación y equilibrio de la microbiota de la madre, al menos durante el último mes de embarazo.
Diferentes intereses
Con la lactancia se inicia un periodo en el que la madre debe disponer de un estado de fortaleza nutricional tan especialmente adecuado como en el embarazo, aunque con diferencias y recomendaciones específicas.
Hemos de diferenciar entre los intereses del bebé y los de la madre, intentando cumplir ambos. El bebé debe obtener en cada momento la cantidad y los nutrientes que necesita, y la madre debe conservar un estado óptimo de salud, asegurando la reconstitución de sus reservas. Como ejemplo indicar que la frecuente depresión postparto se puede deber al déficit de omega 3 demandado por el bebé en concentraciones muy importantes.
Lo ideal es asegurar una producción de leche materna de calidad rica en lípidos mono y poliinsaturados, minerales, oligoelementos y vitaminas, sobre todo la D.
Conviene concentrar más los nutrientes de la dieta en proteínas (aumentar la ingesta diaria a 1,5 gramo por kilo de peso), hidratos de carbono y grasas (no existe variación respecto a la dieta de una madre no lactante) y minerales (los más demandados son el calcio y el fósforo).